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La tonta apuesta del gambler

Una curisosa historia sobre apuestas deportivas

ED MILLER

Si alguna vez andan por algún casino de Las Vegas durante la tarde del domingo o del lunes, probablemente vean a una persona en particular. Cuesta encontrarlos, pero están. Estoy hablando de los tipos o, en este caso, el tipo que apuesta a 8 partidos de la NFL, haciendo lo que se conoce como la apuesta combinada. Apostó a 8 partidos y ya acertó el resultado de 7 juegos. El último partido será el lunes por la noche. Estamos en el lunes a la tarde.
Si lo vieran, está desesperado por vender su apuesta a falta de un partido. Se la pasa caminando por el poker room ofreciendo su ticket de apuesta.

En caso de que no lo venda, va a apostar sobre el otro equipo al que no le apostó y así se asegurará la ganancia.
Las apuestas combinadas son una forma de apostar que ofrece grandes dividendos pero que es muy difícil acertar. La cosa es mas o menos así: en lugar de apostar a un solo partido en especial, lo que se hace es apostar resultados combinados de tres, cuatro, cinco, seis o hasta ocho partidos al mismo tiempo. En caso de acertar los ocho resultados, vas a ganar una gran suma de dinero en relación a lo que apostaron. En caso de no acertar alguno de los resultados, vas a perder tu apuesta. Cuantos más partidos apuestes y aciertes, mayor será tu recompensa.

En la mayoría de los casos, hacer este tipo de apuestas es simplemente una estupidez. Con esto no quiero juzgar a quienes las hagan, de hecho yo lo he hecho varias veces pero eso no quiere decir que sea un estúpido, al menos me doy cuenta. Esto es la tonta apuesta del gambler.

Déjenme explicar bien. El tipo apostó u$s 100 sobre ocho resultados y, si no acierta los resultados de los ocho partidos, pierde. Sí o sí tiene que acertar el 100%. La casa le va a estar pagando 150 a 1. Es decir que, en caso de que acierte todos los resultados, va a estar cobrando u$s 15.100 por los u$s 100 que apostó.

Volviendo al casino, ya estamos en la tarde del lunes y el partido final es a la noche. Siete de sus ocho partidos se jugaron el domingo y él acertó cada uno de los resultados.
Si asumimos que sus chances de acertar el partido final son de 50/50, estamos en condición de decir que su ticket actualmente tiene un valor de u$s 7.550. Para él, eso es un montón de dinero. Y en ese caso, ¿por qué no vender el ticket y asegurarse los u$s 7.550? ¿Acaso está mal?

Por eso es que asumo que está desesperado por tratar de vender el ticket, para asegurarse su ganancia y no correr riesgos. El tema es que no veo nada fácil el hecho de tener que vender en u$s 7.550 un ticket por el cual vamos a tener que ganar un coinflip para ganar. Así que lo que hace es vender el ticket a menor precio, con el fin de conseguir un comprador. Ahora lo ofrece en u$s 7.200 o u$s 7.000.

En caso de que nadie quiera comprárselo, puede volver a la casa de apuestas y apostar por el otro equipo. Si el apostase u$s 7.900 (asumiendo que dispone de u$s 7.900 para apostar) se estará asegurando un ticket ganador por u$s 15.081. Y luego, ya contemplando los dos resultados, no importa lo que pasará con el partido, el ticket por ese monto lo va a cobrar igual.
En el transcurso del tiempo, toda esta movida le va a costar algo de dinero. Su apuesta total será de u$s 8.000 (incluyendo los u$s 100 del ticket), y su cobro será por u$s 15.100 aproximadamente.  Eso significa una ganancia de u$s 7.100. Desde el punto de vista de la casa de apuestas, ésta le estará cobrando u$s 400 a cambio de su tranquilidad. Está cambiando la posibilidad de ganar u$s 7.500 por tener asegurados u$s 7.100, pero los gana en tranquilidad.

¿Para qué apuesta a ocho combinados si después se va a echar atrás? ¿Por qué no apostó a siete directamente? Si apostaba a siete partidos era 75 a 1. Si hubiese apostado sólo a los partidos del domingo, ya tenía asegurado un cobro por u$s 7.600. Se hubiese ahorrado la vergüenza de estar corriendo por todo el poker room tratando de vender su ticket. Ahora está ofreciendo un descuento de u$s 400.

La apuesta del tonto es aquélla que ni siquiera el tonto quiere ganar.

Por otro lado, también es perfectamente entendible. El hecho de ganar u$s 7.500 en un solo día es un gran acontecimiento en la vida de este tipo. No existe escenario lógico posible para haber hecho la apuesta del lunes, es decir, no hay modo que habiendo acertado todos los resultados del domingo este tipo quiera seguir con la apuesta el lunes. Él está por ganar una apuesta que ni él mismo creía que iba a ganar. Apostó por apostar. Es una estupidez.

Los jugadores de poker también hacen estas cosas. Ahora se está por venir la WSOP y esto es algo que pasa muy a menudo en los satélites, especialmente para el Main Event.  Muchos optan por jugar satélites de 10 personas en donde pagan u$s 1.060 y sólo uno gana los u$s 10.000 de la entrada al torneo. Uno gana y nueve pierden.

Muchas de las personas que juegan estos eventos ya les entra en su cabeza el hecho de hacer un deal cuando quedan pocos jugadores y cuando tienen alrededor del 30% de las fichas. Y otros se vuelven totalmente desesperados cuando llega el heads up final. En ese momento, el jugador estará jugando pozos heads up valuados en u$s 5.000 o u$s 10.00 y eso, para esos jugadores, no cuadra en su nivel de confort.

Por ese motivo, cuando llegan al heads up final, hacen lo imposible para hacer un deal. Muchas veces aceptan algo que no les conviene por el solo hecho de asegurarse la ganancia del día. He visto a montones de jugadores ceder miles de dólares en equity con el fin de asegurarse el deal en el heads up final. No actúen así. Es realmente una estupidez. Piensen bien. Si creen que se van a desesperar en el momento en que el eventual heads up llegue, traten de evitar entrar en esta clase de torneos.  Jueguen alguno menor.

No apuesten si no están dispuestos a ganar, con todo lo que eso conlleva. Si creen que no van a ir hasta al final con la apuesta, no la hagan. O, en este caso, no apuesten a que van ganar el satélite al Evento Principal de WSOP. Pueden optar por hacer apuestas más chicas que los dejen más tranquilos.

Para finalizar, tengo un último ejemplo de la tonta apuesta del gambler que los jugadores de poker suelen hacer. Los casinos en Las Vegas les permiten a los jugadores de cash hacer compras por cientos de veces la ciega grande del nivel. Por ejemplo, en una mesa de u$s 2-5 te dejan comprar por u$s 1.500 si quieres.

Veo a muchos rocas, ultra-tight, comprar por el máximo. Probablemente compran así con la esperanza de hacer nuts y facturar al máximo su mano. Sin embargo, en la mayoría de las veces,  estos nits no tienen chance alguna de stackearse, salvo que estén jugando contra los tipos más burros del mundo, que hoy en día escasean.

El autor

Estados Unidos

Ed Miller es jugador, autor y coach de poker, y es coautor de Professional No Limit Hold'em.

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